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Mardi 3 Juin 2008

La Comisión Europea aborda la morosidad en `Prisma CyC´

El próximo número de la revista corporativa de Crédito y Caución incluirá una amplia entrevista a Günter Verheugen, que aborda el problema de la morosidad en Europa. Íntegra, en [CyCnews].


En 2005, la agenda de Lisboa estableció una nueva estrategia de crecimiento y empleo en la Unión Europea que combina dinamismo de mercado, cohesión social y responsabilidad medioambiental. Siguiendo el principio de `pensar primero a pequeña escala´, Günter Verheugen se ha embarcado en una serie de iniciativas cuyo objetivo es impulsar a las pymes mediante la promoción de su espíritu empresarial en Europa, un continente con escasez de empresarios y una cultura más adversa a correr riesgos que Estados Unidos. En este contexto, una de las prioridades de la Comisión Europea para proteger el tejido empresarial es la lucha contra la morosidad, un asunto especialmente sensible para las empresas españolas e italianas, en opinión de Verheugen, que destaca el papel `muy valioso´ que juegan aseguradoras de crédito como Crédito y Caución.

¿Cómo ve el espíritu empresarial en Europa?
El interés por el autoempleo sigue siendo débil en la Unión Europea en comparación con Estados Unidos. A pesar de ello, más de la mitad de los jóvenes de la Unión Europea desearían hacerse empresarios en los próximos cinco años. Los datos arrojan esperanza para el futuro. A la juventud europea le atrae más que a sus padres la idea de fundar una empresa. La educación en las escuelas y la formación en cultura de empresa juegan un papel importante a la hora de promover el espíritu empresarial en la Unión Europea. Europa necesita más empresarios y por ello la Comisión está fijándose en qué maneras y con qué medios se podría animar a potenciales empresarios a fundar un negocio. La Comisión y los Estados miembros han emprendido una serie de acciones para hacer frente a estos retos, tales como simplificar los procedimientos de puesta en marcha de un negocio, fomentar un fácil acceso a la financiación y promover segundas oportunidades para los empresarios.

Con respecto a la competitividad de las empresas españolas, ¿cuáles cree usted que son sus puntos fuertes?
Las empresas españolas lo han hecho bien en los últimos años, ayudadas por una economía floreciente. Por supuesto, el sector de la construcción ha sido uno de los mayores impulsores de la economía española en conjunto. Aun así, el éxito de las empresas españolas tiene una amplia base. En primer lugar, España aprovecha sus lazos históricos con Sudamérica para integrar con éxito a los trabajadores necesarios en sus mercados y es el destino prioritario para la expansión de las empresas españolas en el extranjero. Además, España ha logrado convertirse en una economía de innovación. Su país tiene muy buenas escuelas de negocios, como ESADE o IESE, que forman en innovación a hombres y mujeres de negocios.

Los niveles de endeudamiento y los impagos en las empresas españolas están aumentando, según indicadores propios de Crédito y Caución. ¿Cómo percibe la Comisión este problema?
Existe en la actualidad una distancia entre la libre circulación de bienes y servicios, por un lado, y la oportuna recepción de los correspondientes pagos, por otro. Mientras que en algunos países es muy normal pagar las facturas en los 30 días siguientes, o antes, en otros países - a saber, Italia y España - los pagos corrientes se demoran 180 días e incluso más. Un reciente estudio de 2006 ha mostrado que la principal iniciativa llevada a cabo por la Comisión para luchar contra este problema [la Directiva de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales, del año 2000] es importante y útil, pero también que podría beneficiarse de mayor coherencia. Ésta es una de las razones del limitado impacto de sus expectativas y efectividad. Puesto que abordar el tema de la morosidad es una prioridad para la Comisión, estamos ahora iniciando el procedimiento para la evaluación del impacto sobre las posibilidades de enmendar la Directiva 2000/35/CE. Se espera que para mediados de 2008 esté terminado un informe final, que se acompañará donde sea necesario de propuestas para mejorar dicha Directiva.

Las aseguradoras de crédito, como Crédito y Caución o Atradius, están en fase de concentración en Europa. ¿Qué papel pueden desempeñar tales compañías para asegurar la sostenibilidad del tejido empresarial en todo el continente?
Los servicios como los que ofrecen las dos empresas mencionadas pueden ser valiosos para los empresarios. Sin embargo, la decisión de usar tales servicios depende de cada negocio y de sus necesidades, de su nivel de desarrollo y del país en cuestión. Desde la Comisión estamos intentando ayudar a las pymes a través de la Directiva de lucha contra la morosidad que entró en vigor en 2002. Sabemos que la causa de una de cada cuatro insolvencias es la morosidad. Esto lleva a la pérdida de 450.000 puestos de trabajo cada año, añadiéndose al nivel de desempleo en Europa. Además, cada año se pierden, por insolvencias causadas por la morosidad, deudas pendientes por valor de 23.600 millones de euros. La Directiva pretende garantizar que los vendedores de bienes y proveedores de servicios tengan una serie de instrumentos a su disposición que les permitan obtener sus pagos a tiempo. No obstante, los plazos de pago están estrechamente ligados a la cultura de negocio de cada Estado miembro, y el cambio está siendo relativamente lento.

Ha hablado de ayudar a las pymes a impulsar su potencial de crecimiento. ¿Qué tiene en mente para llevar a cabo este objetivo, teniendo en cuenta que muchas pequeñas empresas en España son familiares?
Desde hace dos años, estamos aplicando firmemente el principio de `pensar primero a pequeña escala´. El objetivo es asegurar que las necesidades específicas de las empresas más pequeñas están totalmente integradas dentro de las políticas de la Unión Europea, como las que promueven la competencia, la investigación, la cohesión y el desarrollo rural. Los intereses de las pymes han sido tenidos en cuenta en iniciativas recientes en los campos de políticas industriales y de innovación. Para fomentar las asociaciones transfronterizas y la transferencia de tecnología lanzaremos en 2008 una red de apoyo a los nuevos negocios. Somos conscientes de que muchas pequeñas empresas en España, así como en muchos otros Estados miembros, son negocios familiares, cruciales para la estabilidad, el crecimiento y la fortaleza a largo plazo de la economía europea. Además de las medidas ya existentes de las que se pueden beneficiar, estamos llevando a cabo actividades específicas para analizar sus particularidades.

¿Será la innovación un motor clave para las pymes?
Sí. Por esta razón hemos aumentado los fondos dedicados a las pymes en diferentes programas de la Unión Europea para 2007-2013. Hay previstos cerca de 1.200 millones de euros para estos instrumentos. Esta cantidad permitirá a las instituciones financieras dedicar alrededor de 30.000 millones de euros a la nueva financiación para las pymes, puesto que cada euro gastado del presupuesto de la Unión Europea se complementa con dinero de inversión privada, creándose con ello un efecto palanca. Estimamos que se van a beneficiar de esos fondos 400.000 pymes en la Unión Europea.

¿Qué deberían hacer las pymes para ayudarse a sí mismas?
Las pymes deberían hacer lo que mejor saben hacer, mejorar su productividad y competitividad centrándose en fomentar investigación e innovación, buscando nuevos mercados, formando un cuerpo de trabajadores cualificados y estableciendo una cooperación y unas redes más allá de los sectores y límites nacionales.

Uno de sus objetivos es reducir la carga administrativa de las empresas en un 25% para 2012. ¿Cómo se puede cuantificar eso? ¿Cómo pueden medir el éxito de su iniciativa en cuanto al papeleo?
Según un informe reciente, mientras una empresa grande gasta un euro por empleado para cumplir con la reglamentación correspondiente, en una pequeña empresa los costes pueden elevarse hasta los diez euros por empleado. Por esta razón, nos hemos comprometido firmemente a reducir las cargas administrativas. Además, estamos intentando introducir, cuando sea posible, medidas favorables a las pymes en propuestas legislativas y no legislativas - exenciones por tamaño, exenciones temporales u obligaciones simplificadas -. Al mismo tiempo, animamos a los Estados miembros a hacer lo mismo a nivel nacional. Hemos creado un formulario en Internet destinado a registrar los problemas y sugerencias referidos a cargas administrativas. Queremos tomar buena nota de las aportaciones de las empresas para preparar las medidas que la Unión Europea establecerá con el fin de reducir las cargas administrativas.

¿Qué logros atribuye a la agenda de Lisboa, la iniciativa para convertir la economía europea en la más competitiva del mundo?
El objetivo de estos programas es producir un impacto estructural en nuestras economías, un impacto que no será visible rápidamente, pero que mejorará la situación económica a medio y largo plazo. Ahora estamos empezando a ver los primeros resultados de las reformas que fueron llevadas a cabo como parte de los programas de Lisboa 2005. Podemos constatar una aceleración del crecimiento de la productividad y del empleo en la Unión Europea. Algunos de estos progresos están ligados a las reformas estructurales. Por ejemplo, las recientes reformas del mercado laboral en Alemania para reducir el desempleo de los trabajadores de más edad están ahora dando sus frutos y el desempleo en este sector de la población está disminuyendo con mayor intensidad que en previas mejoras económicas. Tales avances demuestran que las reformas han servido realmente para impulsar los cambios estructurales. El progreso al que estamos asistiendo no es solo consecuencia del ciclo económico, ya que, en ausencia de dichas reformas, mejoras cíclicas anteriores no habían servido para ayudar a los trabajadores de más edad, mientras que ahora sí lo han hecho.

¿En qué áreas no ha conseguido sus metas la agenda de Lisboa? ¿Qué parte de responsabilidad tendría la Unión Europea y qué parte se puede achacar a la voluntad de los Estados miembros?
La estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo tiene como objetivo mejorar la productividad, el empleo y la competitividad de la economía europea. Fallar en alcanzar estos objetivos, simplemente, no es una opción. Es cierto que los progresos en las reformas varían de un Estado miembro a otro y de un área política a otra. Algunos Estados miembros están haciendo excelentes progresos mientras que otros se han quedado rezagados en ciertos campos como, por ejemplo, en el sector de funcionamiento de los mercados y políticas de competencia, o en el campo de las reformas del mercado laboral. En nuestros informes anuales sobre los progresos de la estrategia de Lisboa ponemos de relieve en qué materias los avances son aún insuficientes y proponemos recomendaciones específicas al Estado miembro afectado para que dé impulso a las reformas necesarias.

Piense en el empresario. ¿Qué características tendría? ¿Qué esperanzas y ánimos le daría con vistas al futuro?
Los ciudadanos de la Unión Europea tienen más miedo a correr riesgos que sus homólogos estadounidenses. Pero lo que es particularmente preocupante es que el acceso a la financiación y los complicados procedimientos administrativos constituyan todavía obstáculos de peso a la hora de establecer una compañía. Tanto la Unión Europea como los Estados miembros tienen que hacer más en estas áreas para estimular a los europeos a fundar sus propios negocios. Un reciente estudio del Eurobarómetro mostró que la educación en las escuelas es también un factor crucial para fomentar el espíritu empresarial. Así pues, alentar a la gente joven es la estrategia adecuada. Desde la Unión Europea deberíamos concentrarnos en garantizar un acceso más fácil a la financiación y simplificar los procedimientos administrativos. En lo que respecta a este segundo aspecto, ya hemos alcanzado bastantes logros. Los costes y las barreras burocráticas para establecer una empresa propia han disminuido significativamente en los países europeos desde 2002. El gasto medio entonces era todavía de 813 euros y los empresarios tenían que esperar 24 días. Hoy se puede empezar un negocio en 12 días y con un coste de 554 euros.

¿Cómo resumiría la visión de la Comisión sobre la industria europea?
El futuro de la industria europea se basa en promover la excelencia. La industria debería especializarse en segmentos más altos de mercado y aplicaciones de alta tecnología. Debería estar abierta al mundo y concentrarse en las partes más importantes de la cadena de valor. Es más, la industria europea debería estar en el centro de la escena de la tercera revolución industrial, promoviendo tecnologías medioambientales que lleven a una economía sostenible global.

b[Fuente: CyC [Unidad de Comunicación]
Boletín on line de Crédito y Caución nº 83
Fecha: 30.05.2008]b

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